La verdadera fortaleza: aprender a pedir ayuda
Muchas veces confundimos fortaleza con aguantar en silencio. En este blog reflexionamos sobre el valor de reconocer nuestras necesidades y buscar apoyo emocional cuando lo necesitamos. Pedir ayuda no es un signo de debilidad, es un acto de conciencia y amor propio.
Psic. Javier Salas Lezama
9/11/20252 min read


Ser fuerte también es pedir ayuda
La valentía de reconocer que no puedes solo
Vivimos en una sociedad que glorifica la autosuficiencia.
Donde “ser fuerte” muchas veces se confunde con no necesitar a nadie.
Donde mostrar emociones es visto como debilidad y pedir ayuda como fracaso.
Pero ser fuerte no es resistirlo todo.
Ser fuerte también es saber cuándo pedir ayuda.
Desmitificando el concepto de fortaleza
Desde pequeños, aprendemos que la fortaleza se asocia con aguantar, soportar, seguir adelante sin importar qué.
Pero esa visión es limitante y, muchas veces, peligrosa.
Porque detrás de esa supuesta fuerza:
Hay personas con ansiedad no expresada.
Hay quienes se rompen por dentro mientras sonríen por fuera.
Hay soledad disfrazada de independencia.
La verdadera fortaleza no se mide por cuánto aguantas sin hablar.
Se mide por la valentía de reconocer tus límites y permitirte ser humano.
Pedir ayuda no te hace débil. Te hace consciente.
Aceptar que necesitas ayuda es un acto de amor propio.
Es decirte: “no tengo que poder con todo solo”.
Es confiar en que otros pueden acompañarte, sin que eso reste valor a tu proceso.
Pedir ayuda:
Disminuye la carga emocional.
Ofrece nuevas perspectivas.
Fortalece los vínculos.
Crea espacios seguros donde puedes ser tú, sin máscaras.
¿Cómo empezar a pedir ayuda?
🔹 Reconoce lo que sientes: No puedes pedir lo que no nombras. Haz una pausa y pregúntate: ¿Qué necesito hoy? ¿Qué me pesa?
🔹 Habla con alguien de confianza: A veces, empezar con un simple “¿puedo contarte algo?” abre el espacio para liberar lo que llevas dentro.
🔹 Busca espacios profesionales o grupales: La terapia, los círculos de apoyo o los espacios comunitarios son lugares donde la vulnerabilidad es bienvenida.
🔹 Recuerda: no estás solo. Hay personas dispuestas a escucharte. El reto no es encontrarlas, es atreverte a abrirte.
Reflexión final
Ser fuerte no es quedarte en silencio.
No es callar el dolor ni cargar solo lo que te está rompiendo por dentro.
Ser fuerte es tener la humildad de pedir una mano cuando más la necesitas.
No estás fallando por pedir ayuda.
Estás cuidándote de una forma que muchas veces se nos olvida: desde la conexión.
💬 ¿Sientes que cargar solo ya no es una opción?
Estoy aquí para escucharte, sin juicio y con empatía.
👉 Agenda una sesión desde la sección de contacto. Pedir ayuda puede ser el primer paso hacia tu bienestar.
